Fuera llueve con violencia -Menudo
diluvio!- piensa Mariano -La bodega del Arca de Noé podría haber
sido algo parecido a la sala de este museo- se dice. Un oso polar por
aquí, un perezoso por allá, un elefante entre aquí y allá y hasta
una pequeña hormiga camuflada entre las patas enormes de un tigre de
Bengala. Sin embargo, a diferencia del Arca, esta habitación tan
solo contiene especies desparejas. Un lobo, un castor, una abubilla y
a Mariano, el vigilante, que se dice que esta sala bien podría ser
la embarcación que salvara esta
vez a los seres
solitarios.
Maria Fraile
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